Comienza la 54 edición del Festival del Cante de las Minas, la más internacional del certamen flamenco más longevo en número ediciones de cuantos se celebra a nivel mundial. Una cita ineludible para los amantes del arte jondo.

Durante la Jornada Prólogo, dedicada al municipio de La Unión, el director del Cante de las Minas, Julio García, se refirió a los orígenes que todos llevamos por bandera "el sufrimiento mediante el cual se forjaron los cantes de nuestra tierra; a muchos metros de profundidad y con el sudor, sangre y lágrimas de todos nuestros antepasados que trabajaron en las minas de nuestra querida Sierra Minera". Y añadió que se trata de una noche en la que, cada año, "el pueblo de La Unión reconoce los sacrificios realizados por los mineros y viudas de mineros en el desarrollo de tan dura profesión que, a día de hoy, forma parte del pasado del que cualquier unionense se siente orgulloso".

"Es por ello que constituye un grandísimo orgullo el poder comprobar que año tras año, todos y cada uno de los participantes en las distintas pruebas selectivas se esfuerzan al máximo por conseguir el mayor galardón del certamen, la Lámpara Minera, en un escenario que impacta e impresiona como ningún otro del mundo", concluyó el director del certamen unionense.

Tras la interpretación del Himno local por parte de la Agrupación Musical de La Unión y la Coral Argentum, así como del Himno del Festival Internacional del Cante de las Minas, a cargo de la Rondalla y Coro del Hogar de las Personas Mayores de La Unión, llegó el emotivo homenaje al minero y a la viuda del minero, que este año recogieron Carmen Roca Olmos, viuda del minero Ginés Segura Peñaranda, y Salvador Galián Pérez. Ambos agradecieron dicho homenaje, que significa un gran gesto para ellos, mientras recibían sus respectivas placas honoríficas de manos del alcalde de La Unión y Presidente Ejecutivo de la Fundación Cante de las Minas, Francisco Bernabé.

Los alumnos de la Escuela de arte Flamenco de La Unión pusieron en pie al respetable de la Catedral del Cante, al interpretar siguirilla y garrotín. La primera de las piezas fue ejecutada por cinco alumnos de dieciséis años en adelante y, el garrotín, por nueve alumnas con edades comprendidas entre los 11 y 13 años. Los bailaores estuvieron acompañados por Agustín Garnés y María Isabel Marín, al cante; Fran Tornero y Miguel Ángel Solano, a la guitarra; en el cajón, Alejandro Solano y, a las palmas, Beatriz Arce.

El cierre de la noche fue una velada trovera, a cargo de los más afamados y prestigiosos troveros de la Asociación José María Marín. Dos parejas improvisaron las mejores estrofas y derrocharon todo su ingenio sobre el escenario. Por un lado, Juan Santos Contreras "El Baranda" y Luis Paz Papillo, procedente de Cuba y una de las sorpresas de la actuación, acompañados al cante por Paco Pedreño. Y por otro lado, Diego Ortega "El Molinero" y José Martínez "El Taxista", acompañados al cante por Álvaro. La puesta en escena la completaron Juan Martínez "El Mergo" y Juan Noguera "El Llanito", a la guitarra.