Francisco Bernabé les ha recordado que “este homenaje cuenta con el respaldo unánime del Comité Organizador”, al tiempo que les ha felicitado “por representar como nadie la esencia de nuestro pueblo, nuestras raíces”, “motivo por el que han de sentirse orgullosos”, ha afirmado Bernabé.
El acto de Homenaje al Minero y Viuda de Minero tendrá lugar el próximo miércoles 5 de junio, en la jornada prólogo del evento unionense, a partir de las 22,45 h. en la Catedral del Cante. Esta noche, que recibe el nombre de “Día de La Unión”, también contará con la participación de la Agrupación Musical “Ciudad de La Unión” y “Coral Argentum”, interpretando el Himno de La Unión, la Rondalla y Coro del Hogar de las Personas Mayores de La Unión, que entonarán el Himno del Festival, así como la asociación “Arte Danza”. Cerrará este primer día de festival la tradicional Velada Trovera a cargo de la Asociación Trovera José María Marín.
HOMENAJE A LA VIUDA DE MINERO
FRANCISCA MARTÍNEZ VALERO
La presente edición del Festival Internacional del Cante de las Minas rinde homenaje a Francisca Martínez Valero, unionense de 78 años viuda del minero Alfonso Tomás Carreño Sánchez.
El rostro de Francisca es el rostro de una época. La imagen del sufrimiento de la esposa abnegada y resignada a un pesar crónico, interiorizado, asumido. La angustia diaria por un destino conocido. El destino de su marido, Alfonso Tomás, que con catorce años ya portaba capazos de estaño en las minas “Santa Teresa” y “Numancia”. Tras éstas, llegarían “Cantera Emilia”, “El Tranvía” o “Lavadero El Roble”, su último destino, ya enfermo de silicosis, antes de su retiro a los 30 años.
Francisca y Alfonso Tomás formaron un matrimonio pleno de amor, fruto del cual nacieron Juan, Tomás, María y Josefa. Francisca recuerda a su marido, fallecido en 1991, con una sentida mezcla de admiración y dolor, “era muy bueno y trabajador”, “son tantos los recuerdos…”. Francisca revive, en un acto de inevitable sufrimiento, “su muerte, asfixiado el pobre”, cuenta entre sollozos.
Tras su pérdida, Francisca demuestra el coraje propio de los mineros y sale a trabajar fuera de su casa, ya que el retiro que le queda es insignificante. Hoy, Francisca es una mujer entregada a sus 4 hijos, 14 nietos y 2 biznietos, su auténtica devoción y en lo que ocupa todo su tiempo.
Francisca Martínez Valero representa la valentía y grandeza de una estirpe de mujeres dignas del reconocimiento público que en la presente edición del Festival recibe de La Unión.
HOMENAJE AL MINERO
JOSÉ MORALES PEÑALVER
El Festival Internacional del Cante de las Minas homenajea en su XLIX edición a José Morales Peñalver, unionense de 67 años.
José Morales empezó a trabajar en la mina con 17 años y allí siguió hasta los 38. Su bautismo minero fue en el “Tranvía”. En ese primer trabajo, al ser menor de edad, tuvo que firmarle una autorización su hermano. Después de “Tranvía”, llegaron “San Lorenzo”, “Teresiana” o “Brunita”. José, cuyo padre e hijo murieron del mal del minero: la silicosis, bajó a las entrañas de la tierra por hambre, “en esos años no había otra posibilidad”, “entrábamos a las 6 de la mañana y no veíamos la luz hasta las 5 de la tarde”, recuerda.
Tras su retiro, José, enfermo de silicosis en primer grado con bronquitis crónica y con sus 19.600 pesetas como exigua prestación, siguió trabajando. Lo hizo como feriante, en una churrería o vendiendo palomitas en la puerta del cementerio, lo que hiciera falta para sacar adelante a sus cinco hijos, junto a su inseparable compañera, Ana María Carrión, con la que se casó, ya minero, cuando élla tenía quince años.
De los incontables recuerdos de esos años, José Morales rememora emocionado “la muerte de un compañero en la Brunita”, o “el deterioro inevitable de cualquier hombre que bajara a la mina, su delgadez extrema, todos comidos por el plomo…”. “Raro era el día que no muriera algún compañero en cualquiera de las minas de la zona”.
José, que temió por su vida “muchísimas veces”, comenta que se acerca periódicamente al hospital para recibir el oxígeno que le falta. Y lo hace con la naturalidad del que, a pesar de todo, se siente privilegiado, ya que “otros muchos no pudieron contarlo”.
Hoy, José regenta en régimen de alquiler el Kiosco deportivo de la barriada de Santa Bárbara, decorado con carburos y fotos, un auténtico santuario minero, lo que se suma a su particular museo, un lugar en el que encontramos más de 3.000 fotografías de la cuenca minera, así como numerosos y múltiples útiles mineros.
José Morales Peñalver, minero y unionense, recibe del Festival y de La Unión el justo homenaje por una vida dedicada a sus minas.