Sara Baras protagonizó la cuarta gala flamenca del Festival Internacional del Cante de las Minas con su espectáculo "Medusa" ante un aforo completo en la Catedral del Cante donde, en otras ocasiones, ya elevó a lo más alto a otros personajes del imaginario español como Juana la Loca y La Pepa "en su búsqueda incesante de hacer justicia".
La artista, Castillete de Oro y homenajeada del Festival en el año 2012, trajo hasta este escenario "un cacho de mitología y flamenco", dos conceptos estéticos diferentes que fusionó a la perfección. Por un lado eluniverso griego, estático y contenido y, por otro, el mundo flamenco, potencia y movimiento en estado puro, convirtiendo los tacones en sandalias y las túnicas en batas, o viceversa. Algo tan aparentemente sencillo como realmente difícil que sólo está al alcance de artistas de la talla de Sara Baras.
Una hora y media de espectáculo donde derrochó fuerza, taconeo versátil y contrastes de dulzura y desgarro, reflejados en su rostro. Sara se mostró radiante y atractiva, interpretando a la diosaMedusa que vivió condenada a convertir en piedra a quienes la miraban y a peinar serpientes en lugar de cabellos. Una transformación que se ha hecho patente a lo largo de su representación
Al final de la obra, la artista gaditana se dirigió al público para confesar que "cada vez que vengo a La Unión me pongo nerviosísima porque quiero hacerlo tan bien..."y añadió que "siento un gran cariño y respeto por este escenario y es un honor bailar en él". Aunque el aplauso del público llegó al dedicar ésta su actuación al inigualable Paco de Lucía, al grito de "Viva el flamenco y viva la Unión". Al igual que tuvo palabras para la bailaora Blanca del Rey, a la que se dirigió con un "Va por ti maestra" para marcarse el último taconeado de la noche.
Medusa,con música en directo de Keko Baldomero, la colaboración de José Serrano y Juan Carlos Vellido, como artista invitado, es un espectáculo quetranscurre en dos partes. En primer lugar en el Templo de Atenea, Sara encarna a la inocente doncella, Medusa. Vestida de blanco bailó con la energía y vitalidad de la juventud. En la segunda parte, tras la violación de Medusa por Poseidón (David Martín), todo cambia, el escenario se vuelve oscuro y la protagonista muda su expresión de niña por la de mujer ultrajada, abandonada y llena de rabia.
Una vez más Sara Baras, renacida de la tragedia y convertida enuna mujer mortal, hermosa y tentadora como el más dulce de los pecados,no dejó a nadie indiferente colmando las expectativas generadas y suscribiendo con letras de oro la palabra "éxito" en la Catedral del Cante de la Unión.