a penúltima de las galas flamencas del Festival reunió ayer a dos de los mejores exponentes del cante jondo que puede escucharse en la actualidad. Cada uno "a su forma y a su manera", como anunciaba El Pele en medio de su actuación, con humildad: "Cada uno hace lo que buenamente puede pa que los que vienen detrás se acuerden de un morenito que cantaba así por alegrías".
Y por alegrías se lanzó, como el poeta de Cádiz: " si mi voz muriera en tierra llevadla al nivel del mar". El cantaor desgranó durante casi una hora su repertorio de cantes, seguiriya, verdial o fandango: "qué frío tengo abuelo, déjame un ratico más en la cama, tú no ves que está lloviendo, ya iré al colegio mañana". Entre sus músicos se encontraba José Moreno, hijo de El Pele, encargado de la percusión. El cantaor cordobés, fiel a su estilo, infundió dramatismo y teatralidad en su puesta en escena.
Pasada la media noche llegaba el turno de Capullo: "soy de Jerez y vengo a cantar por Jerez". Martinetes, bulerías, fandangos, un tiento, fueron algunos de los palos que el cantaor regaló en el escenario del Mercado Público, repleto de un público que les acompañó en muchas ocasiones jaleando. Las voces y palmas de Tequila de Jerez, Juan Flores y Jesús Flores acompañaron al Capullo que cantó al amor, a la libertad, a la justicia: "esto no cambia, esto sigue igual, pagamos los pobres..."
La de anoche fue la gala más jonda antes de los concursos de esta LV edición del Festival del Cante de las Minas. Los dos se atrevieron a cantar a capela en algún momento de sus actuaciones y los dos agradecieron a la afición su vuelta a las tablas de La Unión, "cada uno a su forma y a su manera".